En esta entrada, vamos a referirnos a dos fórmulas de impulso de la economía digital que están dejando notar su impacto positivo de manera muy significativa en nuestro país.
Cuando la instalación del Campus Google en Madrid fue presentada a los medios, ya nos hicimos eco de la importancia de la noticia, teniendo en cuenta que, a escala europea, Google ha apostado por ubicar esta instalación sólo en tres ciudades: Londres, Varsovía, y Madrid.
Como refiere su propia web, en términos generales Campus Google es una red global de espacios que acoge a las grandes ideas que marcarán el futuro.
Hablamos de un espacio de 4000 m2, ubicado en una antigua fábrica, que se concibe como un ecosistema impulsor del emprendimiento en el sector de las nuevas tecnologías, distribuido en cuatro plantas.
Las plantas superiores albergan grandes áreas abiertas de coworking, provistas de multitud de puestos de trabajo y salas de reuniones que pueden "alquilarse" , incluso por días, para atender necesidades muy concretas de proyectos de emprendimiento en fase inicial.
Otra zona se destina a aceleradoras de empresas, acogiendo a un tipo de organizaciones de las que hablaremos seguidamente, buena parte de las cuales se centran en potenciar start ups relacionadas con sectores muy específicos, como puede ser el de la salud.
pa Además, la tercera planta cuenta con zona para eventos y presentaciones de uso gratuito, a disposición de cualquier emprendedor que desee utilizarlos.
La planta baja ofrece una gran zona de encuentro, llamada "campus café",dotada de wi fi de alta velocidad sin coste alguno, ideada para servir de espacio gratuito y punto de encuentro para cualquier start up que da sus primeros pasos, es decir , con muy pocos medios pero con muchas ganas de comenzar a tomar forma y "ubicarse" temporalmente en un sitio concreto pero sin necesidad de hacer desembolso alguno.
Por su parte, las denominadas aceleradoras, algunas de las cuales han encontrado también su ubicación idónea en el Campus Google, son un tipo muy peculiar de "empresa" caracterizada por "tutorizar" y "mentorizar", en su etapa inicial, proyectos de economía digital y nuevas tecnologías, a la vez que, en determinados casos, inyectan fondos, o captan recursos financieros de fuentes ajenas para estos proyectos. La labor de "tutorización" contribuye a definir mejor el modelo de negocio del proyecto y sus estrategias de mercado, orientando su crecimiento en una etapa posterior; se trata de una contribución inestimable para la maduración y consolidación gradual de cualquier negocio de estas características. La "mentorización" se orienta a la captación de los recursos financieros necesarios para ir "nutriendo" el proyecto, a medida que va tomando forma. Además, el "mentor" puede aportar recursos al proyecto o poner en contacto a los emprendedores con business angels, persuadiéndoles de las bondades y de las expectativas favorables del proyecto con objeto de que inviertan en el negocio.
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