Una respuesta adecuada a una "pregunta difícil" en el curso de una entrevista de trabajo puede suponer la diferencia entre conseguir o no conseguir el puesto deseado. Generalmente los entrevistadores suelen formular determinadas preguntas clave, cuyas respuestas son tomadas en especial consideración a la hora de decir cuál es el candidato que debe ser contratado.
La primera pregunta suele estar relacionada con aspectos relativos a la trayectoria profesional e incluso vital del entrevistado. Cuando el entrevistador nos pide que le contemos un poco sobre nuestra trayectoria académica y o profesional, lo que trata de averiguar tiene que ver con los motivos por los que el entrevistado ha ido tomando las decisiones más importantes de su vida, tanto en lo profesional como incluso en lo personal; decisiones que a veces pueden resultar algo sorprendentes. Pensemos en los casos de personas que deciden dar un giro radical a su trayectoria académica o profesional, como puede ser cursar unos estudios que nada tienen que ver con lo que se venía haciendo o cambiar de trabajo y/o de empresa con frecuencia.
Naturalmente, la respuesta no consiste únicamente en referirnos con más detalle a los datos que ya figuran en nuestro CV sino, más bien, en dar una explicación coherente y lógica sobre esos aspectos de nuestro historial profesional que pueden resultar un tanto chocantes a quien nos entrevista; se trata de explicar los motivos o las razones que nos llevaron a tomar esas decisiones que recoge el currículo, con objeto de aclarar que, en todo caso, no se obró sin criterio alguno sino que , muy al contrario, se adoptaron decisiones perfectamente meditadas y con propósitos concretos.
Otra pegunta que se repite casi siempre en una entrevista de trabajo se refiere a los motivos por los cuales el entrevistado aspira a trabajar en esa empresa. Lo que en ningún caso debe el candidato hacer es responder haciendo únicamente referencia a sus malas condiciones en la empresa en la que trabaja actualmente (caso de estar trabajando); semejante respuesta no muestra el interés del entrevistado en la empresa que ofrece el puesto de trabajo al que aspira el entrevistado sino tan sólo su intención de cambiar de empresa. La respuesta adecuada debe señalar las cualidades positivas de la empresa y las oportunidades que , en una primera impresión, ofrece el puesto de trabajo que se aspira a conseguir, Hablar del rápido crecimiento, de los logros, de la fortaleza financiera, de la buena reputación de la empresa que nos entrevista o de las posibilidades de desarrollo de una carrera profesional, pone de manifiesto que existen otras razones por las que queremos trabajar en esa firma, más allá de las que se refieren a la simple mejora de nuestras condiciones de trabajo actuales.
Una pregunta especialmente complicada de responder es la que tiene que ver con las razones por las que la empresa debería contratar al entrevistado. Si se nos pregunta "¿Por qué deberíamos contratarte?" no debemos recurrir a las frases hechas del tipo "creo que soy la persona adecuada y que voy a hacerlo bien". La respuesta debe ser mucho más contundente y más concreta, y debe llevar al entrevistador a la convicción de que efectivamente la empresa va a tomar una decisión óptima contratando al candidato. Subrayar aspectos muy concretos de nuestro perfil profesional, relacionados con las exigencias del puesto al que se aspira, logros alcanzados o experiencia adquirida en anteriores empleos proporcionarán al entrevistador motivos en los que justificar la decisión de contratarnos.
A la pregunta "¿Por qué quieres cambiar de trabajo?", no debemos responder nunca haciendo referencia a conflictos o problemas en nuestro actual puesto de trabajo, por cuanto que, en ese caso, estaremos dando la imagen de persona que puede dar lugar a esos problemas o conflictos en un futuro. Tampoco se debe centrar la cuestión en quejas relativas a cuestiones económicas o de condiciones de trabajo en la empresa actual. La respuesta debe ir en la línea de lo dicho con relación a la pregunta relativa a los motivos por los que el candidato aspira a cambiar de trabajo; cualidades positivas de la empresa y oportunidades que , en una primera impresión, ofrece el puesto de trabajo al que se aspira.
"Dime lo mejor y lo peor de tí": una pregunta clave que requiere una respuesta cuidadosa. Aquí tampoco sirven las frases hechas ni los estereotipos. Al describir lo mejor de uno mismo, se debe proporcionar una idea clara de las cualidades positivas del candidato con relación al desempeño de los cometidos del puesto de trabajo objeto de la selección. Por lo que respecta a lo peor, señalar cualidades negativas (tendencia al despiste, dificultad para concentrarse, para tratar con la gente...) contribuye a devaluar la imagen del entrevistado, e incluso a poner de manifiesto una cierta falta de autoestima. Lo pertinente es señalar alguna carencia o punto débil pero que puede ser superado con la dedicación , el interés y la formación adecuadas.
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