Contrariamente a lo sucede en los países de nuestro entorno, la tendencia a generalizar el trato “de tú”, sea cual sea el contexto en el que nos encontremos o la persona a la que nos dirijamos, viene siendo ya lo habitual.
Hasta tal punto se ha instalado este uso social, especialmente entre las nuevas generaciones, que el trato de “usted” causa extrañeza en la mayor parte de las ocasiones y, no digamos, cuando se produce entre personas de una edad semejante, aún cuando no se conozcan de nada. Trasladar esta relajación de las formas al contexto de una selección de personal constituye un error de bulto. Salvo en el supuesto de que sea el propio entrevistador/a el que nos invite a relajar las formalidades y tratarle de tú, nunca deberemos permitirnos semejante licencia con la persona que nos está entrevistando. Con independencia de su edad, de la posición que ocupa en la empresa o incluso de su amabilidad o cercanía aparentes, se trata de una persona a la que no conocemos de nada por lo que, en un contexto formal como lo es una selección de personal o incluso en una primera toma de contacto con la empresa, el trato “de tú” resulta inadecuado y está fuera de lugar. Se trata de una recomendación elemental pero, no por ello, menos necesaria por olvidada por nuestros alumnos con suma frecuencia.
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