La consecuencia
de este error frecuente es un resultado negativo en la entrevista de selección,
y la pérdida de una oportunidad para acceder al empleo.
Por tanto, una
preparación adecuada de una entrevista de trabajo, puede incrementar significativamente el éxito obtenido en el
proceso de selección.
Aquí van una
serie de aspectos que debes preparar para afrontar con éxito esta situación:
1º Debes
conocer a la perfección tu currículum. Esto significa que, además de conocer “todos” los datos que has reflejado en
este documento, como fechas, nombres completos de titulaciones o cursos, centro
o institución donde se cursó la formación y documento que la certifica, puestos de trabajo
desempeñados, nombre de empresas en las que has trabajado, etc., deberás ser
capaz de ampliar la información sobre todos estos aspectos, por ejemplo:
explicando contenidos estudiados, funciones desempeñadas en los distintos
puestos de trabajo…¿Qué imagen darías de lo contrario? Incluso podría parecer
que los datos de tu currículum no son ciertos.
Además,
también será necesario que analices detenidamente tu trayectoria formativa y
profesional. Debes ser capaz de detectar puntos fuertes y débiles de tu
currículum, de manera que puedas destacar y explotar aquellos aspectos que
resultan positivos, y justificar o defender aquello que puede restar puntos en
el proceso de selección, como la falta de experiencia, tu juventud, los malos
resultados académicos obtenidos durante algún periodo de tu vida, el cambio
frecuente de trabajo, la ausencia de un objetivo profesional claro… o, por lo
menos, estar preparado frente a preguntas incómodas que el entrevistador podría
formularnos sobre estos aspectos.
2º Debes
obtener la mayor información posible sobre la empresa de la que aspiras a
formar parte y sobre el entrevistador. Hoy en día, con cualquier dispositivo
con conexión a Internet tenemos mucha información a nuestro alcance. Muchas
empresas disponen de página web en la que se hace referencia a sus orígenes,
los productos o servicios que ofrecen, centros de trabajo existentes, política
medioambiental o social, personas que ocupan puestos directivos, y además, algunas incluso ofrecen imágenes de
sus instalaciones, de su imagen corporativa… Conociendo esta información podrás
hacer frente a preguntas como: ¿por qué te interesa trabajar con nosotros? ¿qué
sabes de nuestra empresa? o ¿qué crees que puedes aportar a nuestra empresa?
En cuanto al
entrevistador, también podemos buscar información si conocemos su nombre y
apellidos; tal vez podamos saber algo sobre su trayectoria profesional,
aficiones… puedes utilizar Linkedin para conocer su perfil profesional u otras
redes sociales, o simplemente hacer una búsqueda en la web.
Ten en cuenta también que,
de igual forma que tú puedes obtener información suya en la red, el
entrevistador también puede buscar datos sobre ti, así que mucho cuidado con la imagen que das a través de redes
sociales.
Puedes
encontrar multitud de páginas con listas de preguntas frecuentes sobre diversos
temas que podrían surgir en esta fase del proceso de selección.
4º Presta gran
atención a la imagen que quieres dar en una entrevista. Recuerda la importancia
de la comunicación no verbal: gestos, tono de voz, aspecto físico, ropa… todo
ello dará mucha información sobre ti. Una imagen vale más que mil palabras,
hasta tal punto, que la primera impresión que el entrevistador se lleve de ti,
será muy difícil de borrar.
Respecto a los
gestos y forma de hablar, resulta muy útil ensayar; puedes pedir a personas
conocidas que simulen una entrevista de selección. Puedes grabarte mientras
hablas, para detectar tics y otros aspectos que se pueden mejorar…
En cuanto a tu
aspecto físico, es fundamental que, desde el primer contacto con la empresa
(incluso si se trata tan sólo de entregar un currículum), cuides tu higiene y
vistas de forma adecuada, procurando mostrar un aspecto acorde con la empresa y puesto de trabajo al que aspiras.
No olvides que, cuanto mayor sea tu nivel de preparación para esta prueba, mayor será tu capacidad para anticiparte y reaccionar, de
la forma más adecuada posible, frente a las distintas situaciones que se puedan
plantear durante lo que puede ser la prueba decisiva del proceso de selección.
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