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miércoles, 26 de febrero de 2014

Emprender en la red: las asombrosas cifras del "bocadillo verde".


Jan Koum , cofundador de WhatsApp
Una vez más, el mundo digital nos proporciona un ejemplo de  proyecto exitoso que genera cifras de asombro en apenas cuatro años.  En la mayor parte de los casos, se trata de ideas geniales con inversiones de arranque no excesivamente cuantiosas  y periodos de maduración cortos.Tal es el caso de la noticia que saltaba a los medios el pasado jueves, 20 de febrero; facebook adquiere whatsApp por la suma de 19.000 millones de dólares.
Hasta esa fecha, muy pocos se habían interesado en conocer los orígenes y el perfil de los creadores de una de la aplicaciones de teléfono móvil más populares del planeta. Desde su aparición en 2009, el número de usuarios de WhatsApp (.…del coloquial what´s-up:  literalmente ¿Qué pasa? en inglés) ha crecido exponencialmente ( un millón de usuarios nuevos al día)  convirtiéndose en un sustituto muy ventajoso del sistema de mensajería de móvil  (SMS) tanto por su gratuidad (salvo una  cuota anual, por ahora casi simbólica) como por sus diversas utilidades; inmediatez, transmisión de imagen y sonido..etc. Tal ha sido el éxito de Whatsapp, que el negocio de la mensajería SMS, una sustanciosa fuente de ingresos para las operadoras antes de la irrupción de los wasaps,  está quedando reducido a la cifras insignificantes en relación con lo que fue .

Como casi siempre, cuando hablamos de las nuevas tecnologías, detrás de un proyecto como whatsApp, identificamos  la figura de un emprendedor singular. En este caso, el personaje presenta rasgos verdaderamente llamativos.
Jan Koum, cofundador de Whatsapp junto a Brian Acton , llegó a los Estados Unidos en 1992,  cuando sólo contaba con 16 años,  aprovechando la buena disposición de las autoridades americanas a recibir inmigración judía procedente de la Unión Soviética, en proceso de descomposición por aquellos tiempos. En pocos años, seguiría los pasos de otros inmigrantes de la Europa del este como el también ucraniano Max Levchin (co-fundador de PayPal) y el ruso Sergey Brin (co-fundador de Google).
La familia Koum había decidido buscar un futuro mejor en USA huyendo de una vida  miserable en un pueblo cerca de Kiev, en la que  no había agua caliente en casa, no se podía hablar de política en público y los judíos eran discriminados. Madre, hijo y abuela se embarcaron en la aventura,  fijando su residencia inicial en un apartamento de dos habitaciones, cuyo alquiler apenas si podían pagar con ayudas públicas,  en una zona de viviendas de bajo coste situada en las proximidades de San Francisco; mientras tanto, su padre permanecía en su país de origen, a la espera de reunirse con ellos en poco tiempo.
            Durante los primeros años, la madre cuidaba de niños pequeños  mientras  Jan sobrevivía con trabajos por horas, entre otros  ayudando en un supermercado.
          Al poco tiempo, su madre fue diagnosticada de un cáncer, impidiéndole trabajar y obligando a la familia a subsistir con ayudas públicas y con los escasos ingresos de Jan quien, a la vez, concluía sus estudios secundarios y se matriculaba en la Universidad Estatal de San José. Se cuenta que, durante esa época, Jan se obsesionó con la idea de crear un sistema de mensajería  para superar las limitaciones y los costes del servicio telefónico que le impedían hablar todo lo que hubiese querido con su padre, quien finalmente murió en Ucrania en 1997. Tres años más tarde fallecería también su madre.
            En una primera etapa, Koum compaginó sus estudios universitarios con  trabajo de técnico en seguridad informática para la auditora Arthur Andersen
            No obstante, al igual  Mark Zuckerberg (creador de Facebook), Bill Gates (creador de Microsoft) o Steve Jobs (creador de Apple), Koum terminó abandonando la Universidad.
Posteriormente se incorpora  a Yahoo como becario, donde conoce a Brian Acton, con quien,  a lo largo de un año sabático en Latinoamérica, comenzó a concebir  la idea de WhatsApp, como sistema para esquivar las tarifas de las compañías telefónicas.
  Koum confiesa sus inicios en la informática como autodidacta, mediante libros usados que compraba  en una tienda y que, una vez leídos, revendía en la misma tienda  para comprar otros. Posteriormente el contacto con grupos de  chats de hackers en internet le permitió dar un impulso definitivo a sus conocimientos.     
En la primavera de 2012, los fundadores de Facebook y WhatsAppMark Zuckerberg y Jan Koum, se reunieron por primera vez en una cafetería de una localidad californiana. Tomaron un café,  hablaron  y pasearon durante dos horas y media. A lo largo de 2013, compartieron numerosas comidas y cenas pero las conversaciones no fructificaron en forma de acuerdo.
Sin embargo, el pasado 9 de febrero Zuckerberg invitó a cenar a su casa a Koum y allí le hizo una oferta en firme que incluía la adquisición de la aplicación de mensajería instantánea y una propuesta para que se uniera a  los órganos de dirección de la empresa. 
El pasado día, Jan Koum decidió firmar el contrato de venta de WhatsApp a Facebook “apoyado” en los cristales del local al que, nada más llegar de su Ucrania natal a USA, en 1992, acudía con su madre y su abuela  a hacer cola para recibir cupones, canjeables por  comida, de un servicio público de beneficencia. 
  Hoy, a sus 37 años, se calcula que la fortuna de Koum ronda los 6500 millones de dólares. El sueño americano hecho realidad gracias a la genialidad y la perseverancia de aquel inmigrante Ucraniano que, hace apenas 20 años, fregaba el suelo de un supermercado.

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