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Jan Koum , cofundador de WhatsApp |
Una
vez más, el mundo digital nos proporciona un ejemplo de proyecto exitoso
que genera cifras de asombro en apenas cuatro años. En la
mayor parte de los casos, se trata de ideas geniales con inversiones de
arranque no excesivamente cuantiosas y periodos de maduración cortos.Tal
es el caso de la noticia que saltaba a los medios el pasado jueves, 20 de
febrero; facebook adquiere whatsApp por la suma de 19.000 millones de dólares.
Hasta
esa fecha, muy pocos se habían interesado en conocer los orígenes y el perfil
de los creadores de una de la aplicaciones de teléfono móvil más populares del
planeta. Desde su aparición en 2009, el número de usuarios de WhatsApp (.…del
coloquial what´s-up: literalmente ¿Qué pasa? en
inglés) ha crecido exponencialmente (
un millón de usuarios nuevos al día) convirtiéndose en un
sustituto muy ventajoso del sistema de mensajería de móvil (SMS) tanto por
su gratuidad (salvo una cuota anual, por ahora casi simbólica) como por
sus diversas utilidades; inmediatez, transmisión de imagen y sonido..etc. Tal
ha sido el éxito de Whatsapp, que el negocio de la mensajería
SMS, una sustanciosa fuente de ingresos para las operadoras antes de la
irrupción de los wasaps, está quedando reducido a
la cifras insignificantes en relación con lo que fue .
Como casi
siempre, cuando hablamos de las nuevas tecnologías, detrás de un proyecto como
whatsApp, identificamos la figura de un emprendedor singular.
En este caso, el personaje presenta rasgos verdaderamente llamativos.
Jan Koum, cofundador de Whatsapp
junto a Brian Acton , llegó a los Estados Unidos en 1992, cuando sólo
contaba con 16 años, aprovechando la buena disposición de las autoridades
americanas a recibir inmigración judía procedente de la Unión Soviética, en
proceso de descomposición por aquellos tiempos. En pocos años, seguiría los
pasos de otros inmigrantes de la Europa del este como el también ucraniano Max
Levchin (co-fundador de PayPal) y el ruso Sergey
Brin (co-fundador de Google).
La familia
Koum había decidido buscar un futuro mejor en USA huyendo de una vida
miserable en un pueblo cerca de Kiev, en la que no había agua
caliente en casa, no se podía hablar de política en público y los judíos eran
discriminados. Madre, hijo y abuela se embarcaron en la aventura, fijando
su residencia inicial en un apartamento de dos habitaciones, cuyo alquiler
apenas si podían pagar con ayudas públicas, en una zona de viviendas de
bajo coste situada en las proximidades de San Francisco; mientras tanto, su
padre permanecía en su país de origen, a la espera de reunirse con ellos en
poco tiempo.
Durante los primeros años, la madre cuidaba de niños pequeños mientras
Jan sobrevivía con trabajos por horas, entre otros ayudando en un
supermercado.
Al poco tiempo, su madre fue diagnosticada de un cáncer, impidiéndole trabajar
y obligando a la familia a subsistir con ayudas públicas y con los escasos ingresos
de Jan quien, a la vez, concluía sus estudios secundarios y se matriculaba en
la Universidad Estatal de San José. Se cuenta que, durante esa época, Jan se
obsesionó con la idea de crear un sistema de mensajería para superar las
limitaciones y los costes del servicio telefónico que le impedían hablar todo
lo que hubiese querido con su padre, quien finalmente murió en Ucrania en 1997.
Tres años más tarde fallecería también su madre.
En una primera etapa, Koum compaginó sus estudios universitarios con
trabajo de técnico en seguridad informática para la auditora Arthur Andersen
No obstante, al igual Mark
Zuckerberg (creador de Facebook), Bill
Gates (creador de Microsoft) o Steve Jobs (creador de Apple),
Koum terminó abandonando la Universidad.
Posteriormente se incorpora a Yahoo como
becario, donde conoce a Brian Acton, con quien, a lo largo de un año
sabático en Latinoamérica, comenzó a concebir la idea de WhatsApp, como sistema para esquivar
las tarifas de las compañías telefónicas.
Koum confiesa sus inicios en la
informática como autodidacta, mediante libros usados que compraba en una
tienda y que, una vez leídos, revendía en la misma tienda para comprar
otros. Posteriormente el contacto con grupos de chats de hackers en internet
le permitió dar un impulso definitivo a sus conocimientos.
En la primavera de 2012, los fundadores de Facebook y WhatsApp, Mark
Zuckerberg y Jan Koum, se reunieron por primera vez en una
cafetería de una localidad californiana. Tomaron un café, hablaron
y pasearon durante dos horas y media. A lo largo de 2013, compartieron
numerosas comidas y cenas pero las conversaciones no fructificaron en forma de acuerdo.
Sin embargo, el pasado 9 de febrero Zuckerberg invitó
a cenar a su casa a Koum y allí le hizo una oferta en firme que incluía la
adquisición de la aplicación de mensajería instantánea y una propuesta
para que se uniera a los órganos de dirección de la empresa.
El
pasado día, Jan Koum decidió firmar el contrato de venta de WhatsApp a Facebook
“apoyado” en los cristales del local al que, nada más llegar de su Ucrania
natal a USA, en 1992, acudía con su madre y su abuela a hacer cola para
recibir cupones, canjeables por comida, de un servicio público de
beneficencia.
Hoy, a sus 37 años, se calcula que la fortuna de Koum ronda los 6500 millones
de dólares. El sueño americano hecho realidad gracias a la
genialidad y la perseverancia de aquel inmigrante Ucraniano que, hace apenas 20
años, fregaba el suelo de un supermercado.
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